domingo, 22 de noviembre de 2015

97 Sobre el puente



Sobre El Puente ®


El nombre de Joaquín y su mi guitarra,

era aclamado en todos los salones de fiesta todo  por mi bien,

hacer de mi cante y tocar y desde hace mucho ya de todo aquello nada me queda, voy andando sin prisa.



Empiezo a cruzar el puente del cachorro,

que va de Sevilla a Triana.

Es de noche muy tarde hace frio

y el tiempo parece cambiar,

grandes nubarrones hacen presagiar

un fuerte temporal,

llevo camisa blanca la cabeza baja,

el frio de la noche hasta los más hondo me cala.



Hola Joaquín que haces tú por aquí,

con lo tarde que es y solo llevas una fina camisa,

veo que llevas los brazos cruzados la cabeza baja,

¿Cómo se te ocurre salir así a la calle de madrugada?



Ya ves José, me sorprendió la noche,

en una de mis actuaciones contratada.



Joaquín ya hacía mucho que no actuabas;

¿oye y tu novia dónde la dejaste?

Que no la veo ahora...



Mi novia trabaja, trabaja.

Adiós José, que te vaya bien

que yo me voy para mi casa
  
Lo ves Dolores todos me preguntan por ti,

nadie sabe cuánto te extraño ni cuantos sin sabores,

extraño esas mañanas cuando despertabas,

con tus manos tan blancas y tan bien cuidadas,

nos íbamos a diario de comidas, viajes, fiestas y charangas.

Cuando hacíamos el amor mañana,

tarde, noche y madrugada.



Como Yo te daba todos, los caprichos que me demandabas,

hasta vendí mi coche mi casa,

y todo cuanto nenia para que nada te faltara.

Ahora que ya de todo aquello no me queda nada,

me dejas sin trabajo, sin nada que llevarme a la boca,

casi sin ropa que tapar mis carnes y durmiendo en la calle.



Ya no despierto como antes al alba,

para ver como la luz del día alumbra tu cara,

esos momentos que tanto me gustaban,

cuando con los primeros rayos de sol,

dejaban ver tu cuerpo desnudo sobre mi cama,

tu larga y fina melena derramada sobre mi blanca almohada.



Ahora amaneces con otro dueño en otra cama,

te paseas del brazo de otro como si yo,

no te importara ya nada,

el te da todo cuanto antes yo te daba,

hasta llegar a quedarme sin nada y ahora,

que ya nada me queda me dejas en la estacada,

sin yo importarte más nada.



Los reflejos de ondas del agua rio

me recuerdan el blancor de mis blancas sabanas,

aquellas en que tú te envolvías,

para acrecentar mis ganas.
  
Las olas del agua parecen adivinar,

que bajo de ellas quiero estar,

allá en la fría oscuridad donde buscan

alimentos los peces, que suben con la marea,

ahí debajo quiero quedar para que nadie me vea.



Allá oculto donde nadie me encuentre,

sin tener que justificar que te quise con el alma,

con tu abandono y desprecio me lo viniste a pagar.



Los reflejos de ondas del agua

me recuerdan el blancor de mis blancas sabanas,
aquellas en que tú te envolvías,
para acrecentar mis ganas.
Las olas del agua parecen adivinar,
que bajo de ellas quiero estar,
allá en la fría oscuridad
donde buscan alimentos los peces que suben con la marea,
ahí debajo quiero quedar para que nadie me vea.



Allá oculto donde nadie me encuentre,
sin tener que justificar que te quise con el alma,
con tu abandono y desprecio me lo viniste a pagar.



         

                  De Amores                                                 

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