Sobre El Puente ®
El nombre
de Joaquín y su mi guitarra,
era
aclamado en todos los salones de fiesta todo
por mi bien,
hacer de
mi cante y tocar y desde hace mucho ya de todo aquello nada me queda, voy
andando sin prisa.
Empiezo a
cruzar el puente del cachorro,
que va de
Sevilla a Triana.
Es de
noche muy tarde hace frio
y el
tiempo parece cambiar,
grandes
nubarrones hacen presagiar
un fuerte
temporal,
llevo
camisa blanca la cabeza baja,
el frio de
la noche hasta los más hondo me cala.
Hola
Joaquín que haces tú por aquí,
con lo
tarde que es y solo llevas una fina camisa,
veo que
llevas los brazos cruzados la cabeza baja,
¿Cómo se
te ocurre salir así a la calle de madrugada?
Ya ves
José, me sorprendió la noche,
en una de
mis actuaciones contratada.
Joaquín ya
hacía mucho que no actuabas;
¿oye y tu
novia dónde la dejaste?
Que no la
veo ahora...
Mi novia
trabaja, trabaja.
Adiós
José, que te vaya bien
que yo me
voy para mi casa
Lo ves
Dolores todos me preguntan por ti,
nadie sabe
cuánto te extraño ni cuantos sin sabores,
extraño
esas mañanas cuando despertabas,
con tus
manos tan blancas y tan bien cuidadas,
nos íbamos
a diario de comidas, viajes, fiestas y charangas.
Cuando
hacíamos el amor mañana,
tarde,
noche y madrugada.
Como Yo te
daba todos, los caprichos que me demandabas,
hasta
vendí mi coche mi casa,
y todo
cuanto nenia para que nada te faltara.
Ahora que
ya de todo aquello no me queda nada,
me dejas
sin trabajo, sin nada que llevarme a la boca,
casi sin
ropa que tapar mis carnes y durmiendo en la calle.
Ya no
despierto como antes al alba,
para ver
como la luz del día alumbra tu cara,
esos
momentos que tanto me gustaban,
cuando con
los primeros rayos de sol,
dejaban
ver tu cuerpo desnudo sobre mi cama,
tu larga y
fina melena derramada sobre mi blanca almohada.
Ahora
amaneces con otro dueño en otra cama,
te paseas
del brazo de otro como si yo,
no te
importara ya nada,
el te da
todo cuanto antes yo te daba,
hasta
llegar a quedarme sin nada y ahora,
que ya
nada me queda me dejas en la estacada,
sin yo
importarte más nada.
Los
reflejos de ondas del agua rio
me
recuerdan el blancor de mis blancas sabanas,
aquellas
en que tú te envolvías,
para
acrecentar mis ganas.
Las olas
del agua parecen adivinar,
que bajo
de ellas quiero estar,
allá en la
fría oscuridad donde buscan
alimentos
los peces, que suben con la marea,
ahí debajo
quiero quedar para que nadie me vea.
Allá
oculto donde nadie me encuentre,
sin tener
que justificar que te quise con el alma,
con tu
abandono y desprecio me lo viniste a pagar.
Los reflejos de ondas del agua
me recuerdan el blancor de mis
blancas sabanas,
aquellas en que tú te envolvías,
para acrecentar mis ganas.
Las olas del agua parecen adivinar,
que bajo de ellas quiero estar,
allá en la fría oscuridad
donde buscan alimentos los peces que suben con la marea,
ahí debajo quiero quedar para que nadie me vea.
aquellas en que tú te envolvías,
para acrecentar mis ganas.
Las olas del agua parecen adivinar,
que bajo de ellas quiero estar,
allá en la fría oscuridad
donde buscan alimentos los peces que suben con la marea,
ahí debajo quiero quedar para que nadie me vea.
Allá oculto donde nadie me
encuentre,
sin tener que justificar que te quise con el alma,
con tu abandono y desprecio me lo viniste a pagar.
sin tener que justificar que te quise con el alma,
con tu abandono y desprecio me lo viniste a pagar.
De Amores

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