viernes, 20 de noviembre de 2015

Poemas vol 1º



Condenado al olvido 



Quizás una tarde de primavera

     o una

Quizás una tarde de primavera

     o una madrugada de invierno.
     Quizás una mañana de verano

     o una noche de otoño.

     Tal vez lo más seguro sea un día de mayo.
     El cansado corazón de un hombre cargado

     de fatigas y emociones deje de latir.

     Cuando mi caja baje al agujero rectangular,

     la tierra recién sacada me ha de tapar

     y después de muchos lloros, el tiempo

     y los años avance hacia el olvido.

     Cruzando el campo santo, un familiar,

     tal vez un amigo, dejará un ramito de flores

     sobre el frio mármol que me cubre.
 
     Rezará un incompleto Padre Nuestro

     por el alma que se ha ido,

     ese alma que no estará entre los vivos,

     esa misma alma condenada al olvido.

                                              De Amores

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